Efectos de la política monetaria de Estados Unidos
Dalibor Eterovic Managing Director TRG Management
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Dalibor Eterovic
En su reunión de política monetaria pasada, la Reserva Federal de EEUU (Fed), ratificó que sigue comprometida con el retiro gradual del estimulo monetario. Esto no debiese ser controversial. La economía esta creciendo sobre potencial (el Atlanta Fed nowcast anticipa una expansión de 2,1% en el tercer trimestre), el mercado laboral está generando más trabajos que los necesarios para absorber el crecimiento de la fuerza laboral y el desempleo está en niveles ampliamente considerados bajo el natural (4.37%). Más aún, las condiciones financieras están en niveles altamente expansivas gracias a la positiva combinación de tasas de interés bajas, dólar más depreciado y precios del mercado accionario altos. Esto anticipa que el buen dinamismo de la economía continuaría los próximos trimestres. Sin embargo, los bajos registros de inflación de los últimos meses (PCE subyacente en solo 1,4% anual), agregaron incertidumbre respecto a la posición cíclica de la economía, el nivel de las expectativas de inflación y el entendimiento de los determinantes de la inflación que hoy se basan en formulaciones de la curva de Phillips (que relaciona las holguras en el mercado laboral con presiones de precios). Por ahora, la Fed considera que estos registros de inflación bajos son principalmente transitorios, y que los determinantes de mediano plazo son consistentes con la meta de 2%. Entonces, como la política monetaria actúa con rezago, no es necesario esperar a que la inflación esté en el objetivo para continuar normalizando la política monetaria.
Hacia delante, es probable que la Fed suba tasas en 25 puntos bases (pb) en diciembre y al menos dos veces (en 25 pb cada una) en 2018. Actualmente, los precios tienen incorporado un 70% de probabilidad de alza para finales de año, pero solo 37 pb en 12 meses y 52 pb en 24 meses. Adicionalmente, el premio por plazo (la tasa adicional que se requiere para mantener deuda de mayor plazo) hoy es levemente negativo. La reducción de la hoja de balance de la Fed (también anunciada la semana pasada), agregaría en torno a 15 pb por año a este premio hasta 2023 (ver FEDS notes, 22 de septiembre). De materializarse este escenario, las tasas en EEUU tendrían un aumento moderado con el bono del tesoro norteamericano a 10 años entrando al rango entre 2,5% y 3% en los próximos meses, algo que no ha ocurrido consistentemente desde 2014. Esto pondría algo de presión al alza para el dólar a nivel global. Dado que estos movimientos se dan en un contexto de aceleración cíclica en mercados emergentes, la debilidad global del dólar continuaría una vez que las tasas se estabilicen en niveles más altos. En términos algo más técnicos, un mundo con un mayor crecimiento sincronizado es consistente con tasas más altas y monedas emergentes más fuertes (dado su mayor crecimiento relativo), sin embargo, la transición hacia ese equilibrio genera periodos transitorios de fortaleza del dólar.
Para Chile, alzas de tasas en EEUU hacen más estimulativa la posición relativa de la tasa de política monetaria local especialmente a través del tipo de cambio. Esto en un momento en que la aceleración de la economía empieza a ser evidente. El próximo movimiento de la tasa en Chile sería al alza y antes de lo que espera el mercado.